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La salud en Santiago de Cali vuelve a tambalear. La Clínica Versalles, uno de los pilares asistenciales de la ciudad, anunció la suspensión total de sus servicios para los afiliados de la Nueva EPS, una decisión que entró en vigor este jueves y que deja a miles de usuarios en estado de vulnerabilidad crítica.
La institución médica justificó la medida señalando el “incumplimiento reiterado y falta de pago de los acuerdos financieros” por parte de la EPS, lo que ha desencadenado una crisis interna que amenaza la sostenibilidad operativa y la calidad del servicio. “A pesar de los múltiples esfuerzos, la situación se volvió insostenible”, expresó la clínica en su comunicado oficial.
Germán Escobar secretario de Salud de Cali
Este cierre no es un hecho aislado. Cali ha sido epicentro de una tormenta silenciosa que se intensifica: desde septiembre, más de 300.000 usuarios de la Nueva EPS han enfrentado demoras en la entrega de medicamentos, autorizaciones y atención especializada.
La suspensión de Versalles —reconocida por su atención materno-infantil y servicios de urgencias— agrava la sobreocupación en otros centros asistenciales, obligando a la EPS a reconfigurar su red de atención en tiempo récord.
La Secretaría de Salud de Cali, en voz del secretario Germán Escobar, expresó su profunda preocupación y elevó un llamado urgente al Gobierno Nacional y a la Superintendencia de Salud: “Es imperativo adoptar medidas inmediatas que garanticen la continuidad del servicio y la estabilidad financiera de las instituciones que atienden a la población,” declaró.
Desde la Administración Distrital se reiteró el compromiso con el bienestar de los caleños, anunciando el fortalecimiento de la Defensoría del Paciente como canal de acompañamiento para los afiliados afectados.
Más que una crisis financiera, lo que se vive en Cali es una fractura en el derecho a la salud. La ciudadanía espera respuestas concretas, mientras el sistema se tambalea entre la deuda y la urgencia.



